Capítulo 8: El Arco, el Dragón y el Niño, 1° Parte
El anochecer se acercaba y Fuego se sentía solo... sin ninguna esperanza de poder seguir vivo tras esta guerra... No sabía si largarse de allí o quedarse para ayudar. 
Comenzó a refrescar y Fuego se dirigió al cuarto que le asignaron, se podría decir que era mejor. Estaba en contacto con la naturaleza y había una catarata que le permitía trasladarse al comedor. La cama estaba hecha de hojas gruesas y bastante cómodas. Era todo completamente diferente, las paredes estaban hechas con flores y plantas y con un golpe de manos la luciérnagas se encendían e iluminaban la sala. Todo era hermoso... En fin, Fuego se acostó y se tapó con una manta hecha de una planta gruesa y gigante.
-¡Levántate!-le ordenó el jefe entrando a los gritos a la habitación.
-¡Un minuto más!-se quejó Fuego-¡Ya me levanto, déjame terminar la manzana!-decía el chico en sueños.
-¿¡Qué manzana!? ¡Levántate YA!-le gritó el Dragón y con una llamarada de rayo todo retumbó en la sala y Fuego dio un salto de la cama. Pasó por la catarata hacia el comedor y quedó seco del todo. En la mesa estaba el desayuno preparado y Fuego trataba de ubicar a el Dragón V de Mensajero pero no lo encontró.
-¿Dónde está Green?-preguntó el chico al Dragón que lo despertó a los gritos.
-No vino a dormir... Es un Dragón raro... Es muy misterioso, no quiero pensar que es un impostor y ayuda a lo invasores...-le explicó.
-No lo creo... Ayer le destrozamos el campamento... ¡Fue fantástico! ¡Todo explotó cuando la flecha chocó contra el fuego!
-¿¡QUE HICIERON QUÉ!?-explotó el Dragón.
-¡Eso! ¡Les dimos una lección! ¡HAY CARNE DE VACA!-se emocionó el niño-¿Quiere?-el chico se fue a sentar y el Dragón comenzó a seguirlo pero luego lo dejó comer en paz.
A Fuego le quedaba un flecha sola... se tendría que hacer más con las maderas, pero tendría que tener cuidado de que no lo vieran los invasores, ya que no se pueda dañar los árboles de la guarida. El chico vio un águila gigante volando en círculos, era negro... muy negro, fijó la vista en el niño y éste distinguió que tenía un misil, agarró la flecha... ¿¡LAS FLECHAS!?
Continuará...