martes, 22 de mayo de 2012

Capítulo 9: El Arco, el Dragón y el Niño, 2° Parte
Fuego corrió hacia su habitación ¿Estaría seguro allí, sabiendo que todo era planta y vegetación y un misil lo derrotaría en seguida? Al parecer no <¡¡¡FLECHAS!!!>gritó por adentro suyo el niño. Cruzó por la catarata y en la mesa estaba su carcaj con su única flecha que le quedaba, corrió hacia él, lo agarró y preparó la flecha en el arco. Corrió hacia donde había visto al halcón pero ya no estaba allí... ¿Qué hacía su arco en el comedor? El niño, decepcionado, se dio media vuelta y se fue de allí, al cruzar la puerta se encontró con todo una docena de soldados apuntándolo con rifles. Fuego quedó perplejo... se quedó mirándolos... desorbitados, no soltó el arco ni el carcaj con su flecha. No lo soltaría por nada en el mundo.
-¡Suéltalo!¡Suelta el arco y la flecha!-le ordenó en Coronel.
-No lo haré ¡Vamos! ¡Disparen! ¡Me tienen enfrente!-los provocó el chico-¡DISPAREN!
-Muy bien... ¡Carguen balas!-Fuego cerró los ojos-¡Apunten!-los abrió-¡Fuego!-los cerró... La bala se dirigió a toda velocidad hacia su corazón, la sangre derramada era mucha, el chico iba a morir... no había vuelta atrás... ¿Murió? Eso no se podía saber... Todavía no...
El ruido de la máquina de los latidos del corazón era lo único que se escuchaba en aquella sala blanca y pequeña, con solo una ventana, una televisión y un armario... Nada más y nada menos que esas cuatro cosas... Fuego estaba en una cama incómoda y en su mano tenía un tubo inyectado con una aguja a la mano... siguió el tubo con la mirada y llegó hacia una bolsa de un líquido blanco. Una persona entró a la sala.
-¿Mamá?-preguntó el chico, desorientado.
-¡Hijo!-la madre se abalanzó hacia él y lo abrasó bien fuerte.

Continuará...

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